92 años tenia al dormir en el Señor, y que hablar de él, su vida fue un evangelio vivo.
Un constante servidor de Dios, hablar de Jesucristo, dar una palabra de aliento a un hermano, visitar al enfermo.
A Dios sea la Gloria por el testimonio que nos dejó nuestro hermano Alfredo Tamarel.
4/19/2011
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